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7.11.05

De los libros


Del montaje expositivo de la muestra que Enric Satué ha comisariado sobre Diseño de libros y que puede verse en el Instituto Cervantes de Nueva York sólo tengo el conocimiento parcial que dan unas cuantas fotografías. Y con ese conocimiento parcial, debo decir que es audaz. No está exento de riesgo rehusar el minimalismo imperante y mas aún cuando de mostrar libros se trata (¡hurra por la parte contratante, que esta vez sí, ha apostado fuerte!). Los libros tienen siempre un difícil trato en las exposiciones, no ya porque sólo ver un libro, sin tocarlo, es un ejercicio siempre de placer interrupto, a ello se une además la dificultad de que el libro (pequeño, tridimensional, diseñado tanto o más por dentro que por fuera) casi siempre se queda pobre y perdido en las salas de exposiciones… vamos, que no luce. Doble mérito tiene por tanto un montaje deliciosamente barroco y ornamental, en el que la propuesta había de deslizarse por un imperceptible filo entre la posibilidad de que todo lo colateral arropara y ensalzara al libro en su humildad, o por el contrario simplemente lo eclipsara hasta la aparente inexistencia. Afortunadamente, lo veo en esas fotos y me lo cuentan sujetos nada sospechosos de ser condescendientes en esto, el artífice (Jaime Hayón, ese personaje) se ha salido con la suya, y ha demostrado que no se puede conseguir lo excelente si no se arriesga. Que otros se den a la crítica fácil, inmovilista y miope, esos que siempre prefieren todo sobre blanco y pulcro, espartanos de la nada ellos, me hará que tenga que respetarles la opinión, pero esta vez no tienen razón. Esta vez, Jaime ha demostrado sobradamente que se pueden hacer las cosas bien sin necesidad de ser previsibles ni de someterse a los miedos ni a lo sobradamente contrastado. Sólo nos queda esperar que al periplo para la exposición los organizadores añadan una última etapa en nuestro país, que hoy por hoy no está ni prevista ni descartada.
En lo que atañe a la selección de los libros, ha estado en la conjunción de criterios el acierto. A las preferencias del comisario y quienes supongo que han estado alrededor en el proceso, se une la propia participación de los editores convocados, quienes podían sugerir las piezas de su fondo editorial que viajarían al otro lado del charco, y no quiero dejar de mencionar que en la criba se ha tenido también en cuenta la resultante del esfuerzo que esta editorial [Blur Ed.] viene haciendo en los últimos tres años con la celebración de los únicos premios de carácter específico sobre diseño de libros. Con todo ello, la resultante es extensa pero exhaustiva y coherente: si habrá ausencias (siempre las hay) nadie puede argumentar que el conjunto no sea representativo de lo mejor de nuestro diseño de libros.
Por último, si la muestra es excelente y lo es también el montaje, no menos interesante es el catálogo. Diseñado por los Toormix, se ha renunciado en él a dejar la responsabilidad del éxito a la imaginería, que es lo fácil: las piezas son presentadas al final, bien documentados los créditos, con elegante disposición pero sin alegrías ni parafernalia ostentosa, mucho más para la documentación y el registro que para el lucimiento. Lo que permite dedicar casi tres cuartas partes del volumen a los textos, que son esenciales y nos traen por vez primera una cuidadosa selección de colaboraciones, nada complacientes, sin derrotismos ni falsas alegrías; sin duda nos encontramos ante un documento imprescindible e inusual para adentrarnos en el no siempre valorado diseño de libros. Ignoro si ha de ponerse a la venta en librerías, pero merecerá el esfuerzo cualquier intento por hacerse con él.
Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.