Este blog está discontinuado

Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
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25.6.07

Algunas reflexiones más sobre el concurso del logo del gobierno... No ha servido de nada la protesta conjunta de las asociaciones. Al final, profesionales a título personal, muy libres de hacer de su capa un sayo, lo avalan con su participación en el jurado.

Mas incómoda resulta la postura de la AEPD, que está también en el jurado. Si nada ha cambiado y todos los despropósitos se mantienen intactos –y si algo ha cambiado que alguien me lo cuente que yo no lo veo por ninguna parte–, una mínima coherencia hubiera aconsejado mantenerse al margen. si no... ¿para qué protestamos?

Este concurso no es importante, con su pan se lo coman. Habíamos conseguido por una vez consensuar un texto y dar imagen de colectivo capaz de cerrar filas si hace falta. No recuerdo en los últimos 20 años un documento firmado por siete asociaciones. Como cabía esperar, el gobierno llama a algunas o a cada una de ellas tratando de involucrarlas, para tratar de dar validez a lo que no la tiene. Sólo una, que yo sepa, agacha los principios, rompe el consenso, y entra a ese trapo. Me preocupa que asumamos como buena la argumentación que se les da a los socios:  "ante las dificultades, por razones administrativas, para convocar de nuevo el concurso e incluso para modificar las bases, consideramos [la AEPD] que en la práctica un buen jurado, experto, representativo y profesional puede introducir esas mejoras y seleccionar la mejor propuesta, objeto del concurso, o en el caso de no haber propuestas de suficiente calidad declararlo desierto".

El concurso no es ni peor ni más peor porque se esté en el jurado, no somos ninguno tan bueno como para que deje de ser nefasto. No es una cuestión de "en la práctica", sino de principios. Y a esos no hay que renunciar por cuestiones "prácticas". Lo que sí estaba claro es que un concurso con TODAS las asociaciones en contra se hubiera tapado, y nunca se hubiera llegado a utilizar la pieza resultante... no hay que olvidar que se trata de políticos.

Deduzco que en todo momento lo que les ha movido es solucionarle a presidencia el problemita de este concurso, Y no era nuestro problema. Si el gobierno tiene un mal logo es problema suyo. Pero con esto, aunque nos haga mucha ilusión hacernos la foto en Moncloa, hemos dinamitado la estrategia. No entiendo esta carrera entre asociaciones por ver quien está en más jurados, en más concursos...

Pero ahora ya tienen lo que necesitaban: la cohartada de que una asociación firmante de aquel documento, recula y está en el jurado, dando por satisfactorias las supuestas rectificaciones, que ni siquiera han sido tales. Ahora el concurso ya es válido. Lo avala la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA. Ahí es nada.

De momento, la única conclusión es que no estamos tan unidos, siempre hay alguien dispuesto a romper la unidad.

Hemos quedado como Dios con los políticos, y mientras algunos han sido firmes, otros han sido maleables, que es lo que los políticos esperan de nosotros (no así los diseñadores y supongo que algunos socios de AEPD).

Se han quedado con el culo al aire el resto de las asociaciones. He hablado con alguno y se han quedado de pasta de boniato. Aquí, al menos con AEPD, no se vuelve a firmar nada en años.

Hemos cumplido con los políticos, pero no con los diseñadores. Tenemos las prioridades cambiadas.

Yo ya no entiendo nada.

Y por último, un consejito gratis: si alguien de la junta directiva de esa asociación se ha presentado al concurso que retire su pieza. No hay que correr ningún riesgo. No vayamos a tener que soportar otro bochornazo como el del Carnaval.

18.6.07

Hace unos días Enric Satué me obsequió con este manifiesto, en un dinacuatro doblado. Me gustó sobretodo que lo hiciera así, fotocopiado en papel, incluso con alguna enmienda hecha a mano, que supongo incorporaría después de impreso el original. Cualquier otro hubiera lanzado un e-correo masivo a todas sus direcciones, que se hubiera recibido en competencia directa con una docena de avisos acerca de viagras y réplicas de rolex. No es lo mismo.
Como quiera que los manifiestos son para difundirse, sin advertirle lo subo a este blog, en la confianza de que no se moleste. El suyo, el original, quiero decir, es más contundente, en caja alta y con un juego tipográfico de cuerpos al que la pantalla no haría justicia.


MANIFIESTO AZUL DEL DISEÑO EDITORIAL
MADRID, MAYO/JUNIO 2007. Enric Satué.

Sin duda, habrá mucho que decir por vía escrita e impresa en una comunidad que ostenta el cuarto lugar entre las lenguas más habladas en el mundo, con 400.000.000 de hispano-hablantes y expectativas de 535.000.000 para 2030.

De modo que no es extraño que la industria editorial española se muestre, aquí y ahora, con una potencia comercial y cultural que supere en peso cuantitativo al cualitativo, aunque no hasta el extremo de pasar inadvertido.

En este contexto, el diseño de cubiertas podría suponer un concepto delicado si no fuera por la pista que dio Elías Canetti para diseñarlas bien, aquí o en Lima.

Refiriéndose a la pequeña editorial para la que trabajaba como corrector, consignó: “Un autor que él publicara (se refería a su combativo editor) no pasaba inadvertido, cosa imposible a causa de las cubiertas que le diseñaba su hermano”.

He aquí la pista a seguir de ahora en adelante en nuestro quehacer creativo. Actuando en consecuencia, la consigna es no ceder al influjo de formas gratuitas, llamativas, diferentes o rompedoras porque sí, sino hacer los imposibles para que las cubiertas no pasen inadvertidas. A los sentidos o a la razón, se entiende, o mejor todavía, a la razón y a los sentidos. Algo difícil de lograr si uno no se llama Heartfield, desde luego, pero seamos ambiciosos y no nos conformemos con llamarnos solamente Pérez.

Ahí están, por cierto, algunos Pérez que no han pasado inadvertidos al mundo, como el inmortal Pérez Prado, Pérez Esquivel, Pérez Rubalcaba, Pérez Enciso, Pérez Reverte, Pérez Burrull o Pérez Sánchez (América para el diseño).

16.6.07

No ha habido vuelta atrás. El concurso del logo del gobierno sigue su curso. Escama, y mucho, que haya habido más de un asociación que se ha ofrecido para intervenir en el entuerto, en lugar de intentar deshacerlo. O lo que es lo mismo: lloramos, pero se nos quitan los reparos si podemos estar en el ajo. Se va sabiendo quiénes han estado en el jurado, y sabremos que alguno firmó el documento-protesta conjunto de las asociaciones para luego agachar los principios cuando se les ofrece estar en la bicoca. Al tiempo.
Se nos acumulan los entuertos, no salimos del logo gubernamental para entrar en el de la candidatura olímpica, y parece que tenemos un naranjito en ciernes. Se convoca un extrañísimo concurso para el logo de la candidatura de Madrid 2016. en la convocatoria se amalgama la invitación a "que todos los ciudadanos, artistas o aficionados que tengan una idea que aportar, puedan enviar sus trabajos, diseños o dibujos" con una dotación de 30.000 euros, y en el más puro estilo Operación Triunfo, la selección se hará por votación popular, aunque luego un jurado elegirá sobre los finalistas; todo epatante para el discurso popular e insultante para los profesionales.
Esto por proximidad afecta más que a nadie a la asociación de los diseñadores de Madrid... ¿habrá toma de postura, o por contra, los favores debidos, mataderos y demás zarandajas, aconsejarán evitar cualquier reivindicación incómoda?. No tengo dudas.
Cada vez hay menos con las manos libres para decir lo que se piensa. Las asociaciones han llegado a un punto de connivencia que da pavor. Han pasado todas, unas más que otras, de la defensa del colectivo a la defensa de sí mismas y sus protas. La di MADrid (¿por qué me sonará tan italiano el denominativo, es desliz o intencionadísimo?) con los suyos, sin cuestionar ni un ápice todo lo que salga del espejo de lo que somos o de la casa gallarda.
La incoherencia y el arribismo están definitivamente instalados en el asociacionismo de esta profesión. Da vergüenza. Cada vaivén sin respuesta es un punto más de debilidad. No hicimos nada cuando trampearon los Premios Nacionales para dárselo a quien interesaba saltándose el veredicto del jurado, no hemos hecho nada en cada concurso denigrante que convocan, cada vez somos más débiles y ellos se hacen invulnerables.
Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.