Este blog está discontinuado

Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
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23.1.07

Ya es público el fallo del concurso para elegir el cartel del Carnaval 2007 del Ayuntamiento de Madrid. El ganador es el vicepresidente de AEPD, Gonzalo Ribot. En el jurado estaba Soledad Hernández de la Rosa, presidenta de AEPD. La dotación del premio es de 6.000 euros.

22.1.07

Carta abierta a la Fundacion Arte y Derecho

(Esta carta se publica en el número 124 de la revista Visual, enero 2007)
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Estimados colegas:

He tenido conocimiento de la redacción y la difusión que estáis promoviendo del “Manifiesto de Santander”.
Me siento incómodo. El que yo no esté de acuerdo con la mayoría de vuestros planteamientos, no debería ser un problema, basta con que los respete. Trato de hacerlo. Pero tengo la sensación de que ese respeto no es recíproco. No alcanzo a entender ese plural genérico que utilizáis (los creadores visuales somos, los creadores visuales reclamamos, los creadores visuales necesitamos, los creadores visuales ofrecemos, los creadores visuales pedimos…), que me resulta ofensivo e injusto.
Es vuestra opinión, y la de quienes la suscriban. Nada más. Las opiniones y reivindicaciones que hacéis no podéis atribuírnoslas a todos los creadores visuales. Somos ya unos cuantos, y cada vez más, los creadores visuales y de los otros que estamos argumentando, debatiendo y defendiendo actitudes y propuestas alternativas no excluyentes a las premisas “oficialistas” respecto a la creación, a los derechos de autor y a sus devengos. Posiblemente no gozamos del mismo beneplácito ni beneficio que vosotros, no recibimos los apoyos institucionales que vosotros recibís, pero no somos peores.

Decís en vuestro manifiesto: “Los creadores visuales (…) consideramos inadmisibles las discriminaciones que contiene la actual Ley de Propiedad Intelectual”. Estoy de acuerdo. Las leyes de propiedad intelectual (no sólo la española) proponen muchas medidas para fomentar inadmisibles discriminaciones: la de quienes en función del trozo de mundo en el que les ha tocado nacer, sus recursos económicos, los gobiernos que en suerte les ha tocado sufrir, no tienen garantizado un acceso libre a la cultura. Eso también está en la Declaración de los Derechos Humanos. Aunque sospecho que no es a éstas discriminaciones a las que os referís en vuestro manifiesto.

Leo también en vuestro manifiesto: “El derecho de Autor forma parte del mosaico legal que hace posible el fortalecimiento de sociedades libres y abiertas”. Estoy seguro de que podríamos discutir mucho sobre el concepto de lo que son las sociedades libres y abiertas. En cualquier caso, es la defensa lícita del derecho de autor la que en demasiadas ocasiones se utiliza para promover unas sociedades con un planteamiento mercantilista y excluyente de la cultura, agrandando las diferencias entre unas pocas sociedades ricas y el resto, y dentro de una misma sociedad, entre ricos y pobres. No estamos de acuerdo con vuestro planteamiento algunos creadores, y no por ello dejamos de serlo.

“Sin el respeto al derecho de autor no puede haber cultura”. No puedo estar en desacuerdo mayor. No es ya sólo que la historia se empecina en demostrarnos una y otra vez que la ausencia de respeto a los derechos es casi siempre un acicate a la creación y a la cultura, que la creación es una herramienta para la defensa de los derechos y no al revés; me resulta sonrojante ver cómo en nombre de quienes nos dedicamos a la creación visual os permitís la arrogancia de condicionar la existencia de algo tan serio como la cultura a vuestras pequeñas e irrelevantes reivindicaciones. Por favor, dejadnos fuera de planteamientos como éstos, me siento avergonzado, me indigna y preocupa la imagen que estáis proyectando de un colectivo al que pertenezco; a decir verdad, es este punto el detonante que me ha llevado a escribir esta carta.

“Los creadores visuales nos vemos obligados a reclamar la atención de todas las fuerzas políticas, sobre la urgente necesidad de proteger y estimular a la creación artística española como un componente esencial de nuestra contribución a la generación de una nueva y competitiva identidad europea”. No acabo de entender a qué os referís con la generación de una nueva y competitiva identidad europea, pero me asusta. Frente a las propuestas y actitudes como las de Estados Unidos, que entienden su cultura y “lifestyle” como algo a imponer al resto del mundo, Europa está apostando por el respeto y la convivencia entre las culturas e identidades, con especial atención a las minorías culturales y a las identidades minoritarias. Que alguien mezcle términos como cultura y creación artística con una supuesta identidad europea competitiva nueva (¿competitiva con quién, sólo con la cultura e identidad americana o también con las culturas e identidades del tercer mundo?), produce desasosiego. Transmitir que somos los creadores quienes abogamos por ello, es, además de una falsedad, un enorme error estratégico.

“El Derecho de Autor comporta derechos de carácter moral y derechos de carácter económico. Los unos sin los otros son inviables”. Sospechaba que aquí era adonde queríais llegar. Cuando miles de creadores (una inmensa minoría, de momento) estamos trabajando para que los derechos de carácter moral y de carácter económico no estén vinculados, y que estos últimos queden definidos en cada caso según la voluntad del creador (ese es también un derecho), vosotros, atribuyéndoos la voz y representación de todos los creadores, afirmáis lo contrario. No es la creación lo que peligra, no es la cultura, ni tan sólo los derechos económicos que la creación genera, lo único que está en cuestión es vuestro modelo excluyente. Es eso lo que os preocupa, y por si hubiera dudas, lo dejáis claro y diáfano en el siguiente párrafo: “La gestión, divulgación, promoción y defensa del derecho de autor sólo es posible a través de la gestión colectiva de los propios autores”.

En cualquier caso, esto son sólo opiniones, como las vuestras. Aunque existe una diferencia: sólo pretendo defenderlas como lo que son: las mías, y las de quienes manifiesten estar de acuerdo con ellas. Y eso es lo que se esperaría de vosotros: que sigáis defendiendo vuestro modo de entender los derechos de autor sin menospreciar otros, sin actitudes excluyentes, sin arrogaros una representación que no tenéis, más allá de vuestros miembros y quienes suscriban vuestros manifiestos. Cuando esto suceda, recuperaré el respeto que os he tenido siempre desde la discrepancia.

Alvaro Sobrino
Editor y creador visual.

12.1.07

Hasta la identidad corporativa puede ser traicionera. Recibo una carta de la Bipresidenta del Ddi y de la Fudación de la Artesanía a que me refería en el post anterior, en la que se comunica el nombramiento de la nueva directora del Ddi. El Ddi tiene una nueva e inmejorable identidad corporativa, obra del impagable Eskenazi, en la que cada pieza comunicacional se encabeza con una sentencia relativa al diseño. En este caso, es la de J. Frascara, que reza "un diseñador se ocupa del bienestar de la gente". Deliciosa. Y suscrita por el Ddi, más aún. Empiezo a leer y el contraste es desolador: dice la carta que "contribuirá a que ddi se constituya como instrumento estratégico para el apoyo, implantación y difusión de las políticas de competitividad empresarial dirigidas a promover la innovación y el diseño entre las empresas".
Es de agradecer lo diáfano del argumento, por lo menos no se andan con paños calientes. ¿Cuál era hasta ahora, que supiéramos, la finalidad del Ddi? Todavía puede leerse en su web, aunque no por mucho tiempo, me temo: "Su objeto social contempla la realización de acciones de promoción y difusión del diseño y la innovación, y la sensibilización de las pequeñas y medianas empresas del valor estratégico de esos factores para incrementar su competitividad".
Es decir, hemos pasado de la promoción del diseño y la sensibilización de las empresas, a la competitividad empresarial donde el diseño es sólo un medio a exprimir y rentabilizar.
Más claro no pueden ponérnoslo. ¿y del diseño como cultura? De eso, mejor, vayamos olvidándonos. Apañaítos estamos.
Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.