Este blog está discontinuado

Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
Puedes ver y leer lo que hago y escribo ahora en instagram,
en facebook, en twitter...

30.8.12

Cuando al alcalde de Borja los ojos le hicieron chirivitas





A vueltas con el asunto del Cristo de Borja, leo en esta noticia de Europa Press:

Sobre el proceso de registro del término 'eccehomo' como marca, en todas sus variantes, el alcalde ha recordado que los trámites comenzaron el pasado viernes y ha advertido de que "ha habido personas que ya han hecho un uso indebido" de la imagen.    

"Seguramente tomaremos medidas contra estas personas que no han esperado a tener el permiso del consistorio para utilizar el nombre y la imagen de la obra, como quienes han vendido camisetas por Internet a quienes ya nos hemos dirigido para pedirles responsabilidades, y otras empresas que antes de disponer del permiso del ayuntamiento están comerciando con la imagen".
 No cabe sino pensar que al alcalde se le ha puesto el signo del dólar en los ojos, como al Tío Gilito.

Debería alguien decirle al alcalde:

Que la marca eccehomo difícilmente va a poder ser registrada, y caso de que lo fuera, nadie podría impedir su uso. Como sucede con todas las palabras que aparecen en el diccionario.

Que no cabe que el ayuntamiento puede tomar medidas ni pedir responsabilidades por el uso de la imagen, porque no ostenta los derechos. ¿O todo lo que dibujan los habitantes de Borja es comunal?

Que por tanto, lo de "...no han esperado a tener el permiso del consistorio para utilizar el nombre y la imagen de la obra" es de chiste. O preocupante. Lástima que en Borja y en los demás ayuntamientos del país para ser barrendero, alguacil o auxiliar administrativo hay que pasar una prueba, pero cualquiera, incluso él, puede llegar a ser alcalde.

Que si alguien pudiera reclamar el ejercicio de ese derecho y pedir una compensación por él, sería la buena de Cecilia. Pero si está bien asesorada, no lo hará. Porque la ley reconoce los derechos morales del autor,  que  no son transferibles, son inembargables e irrenunciables y no tienen limitación en el tiempo. Evidentemente, desde su buena intención, ella ha vulnerado esos derechos, que incluyen el Derecho de Integridad, que es la Facultad de impedir cualquier deformación de la obra que pueda perjudicar el honor y reputación del autor. 

A nadie se le ocurre –esperemos que a nadie se le ocurra– reclamar por ello a la buena mujer y los argumentos son obvios, pero si pretendiera lucrarse con el resultado es evidente que esos argumentos dejarían de serlo. Y los herederos del pintor podrían ser los primeros en reclamarle a ella, y por extensión a la parroquia por dejación en su obligación de proteger ese derecho y la obra misma.

¿Que por qué me preocupa el tema? Evidentemente, es fácil suponer que más allá de una cierta curiosidad, me importa una higa lo que pase con la señora Cecilia –a quien le deseo lo mejor, quede claro–, lo que suceda con la obra original y con la derivada, y lo que le acontezca al garrulo del alcalde. Pero me preocupa el desconocimiento absoluto y la despreocupación que existe acerca de lo que son las obras, la cultura, los derechos de autor, el trabajo creativo... sigan las Entidades de Gestión y el Ministro de Cultura con toda su corte de antecesores obsesionados con los cánones y las remuneraciones, que mientras no se dedique el esfuerzo a trasladar una cultura de la cultura y no una cultura de los devengos, estas cosas van a seguir pasando.



28.8.12

Cinco motivos para que no participes en el Concurso de la CAM sobre la violencia de género

La Comunidad de Madrid, de la mano de FNAC, el Istituto Europeo di Design y la revista Yodona convoca otra vez (y van siete) un concurso para la imagen de la campaña de difusión del Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las Mujeres. A estas alturas no insistiré en la opinión que me merecen estos concursos. Pero este me parece especialmente flagrante. Reúne todos los requisitos para dedicarle unas líneas y argumentar por qué no deberías presentarte.
El jurado. Es imprescindible que los jurados sean expertos en la materia a juzgar. Y no lo son ni los políticos, ni los funcionarios, ni las directoras de revistas femeninas... lo más parecido a un experto ahí es un diseñador industrial que dirige una escuela.
El voto popular. Es sabido que es fácilmente manipulable. Ellos lo saben también: la edición de 2009 de este mismo concurso hubo de declararse nula al demostrarse que desde algunas agencias de publicidad se habían "mamoneado" las votaciones. Parece que no aprenden. Además, acaba ganando el más cansino, el que más molesta a sus conocidos para que le voten. A cambio, –y es lo que se pretende– es un sistema interesante para el organizador, que con el esfuerzo de otros promociona su web y rinde pleitesía al dios tráfico (lo expliqué aquí).
Sustituye a un encargo. En ocasiones para justificar el concurso los convocantes se escudan en que la pieza ganadora no será utilizada. No es el caso, será utilizada por la Comunidad de Madrid en una campaña de difusión (sic) con motivo de la celebración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
No existe remuneración.  Matrículas en cursos o cheques regalo no puede considerarse una remuneración. En la convocatoria del año pasado el premio eran 2000€, además de los regalos en especie. La dotación económica este año ha desaparecido.
No es por una buena causa. Es un error extendido creer que una buena causa (y la lucha contra la violencia de género lo es) justifica dejar de lado determinadas premisas. No nos equivoquemos. Aquí esa causa es lo de menos. Aquí sacan tajada las empresas que colaboran, que por un coste ridículo que ni siquiera pagan en dinero se orquestan su campaña de imagen. Utilizar una buena causa de manera torticera, y el esfuerzo de muchos para dirigir tráfico a una web de una empresa –habrá que verlo, pero apuesto a que para votar será necesario apuntarse a algún perfil de red social– es éticamente reprobable. Aquí por último, saca tajada la Comunidad de Madrid, que se monta "su" campaña de imagen a costa del esfuerzo de los demás. Porque beneficio para la causa de las mujeres maltratadas, ninguno.

El Cristo de Borja y la cultura de la chapuza

Todos hemos seguido en agosto el culebrón del Cristo de Borja, al que los medios han dedicado con profusión páginas y minutos. No está claro que el tema dé para tanto. La obra intervenida –no cabe habar de retoque ni restauración– no tiene valor desde el punto de vista artístico ni de patrimonio.
Pasada la euforia, hechas ya todas las versiones y chanzas, cabe analizar la anécdota como síntoma del fenómeno. ¿Por qué se convierte en hecho relevante –trending topic, como hay que llamarlo ahora–?. El elemento diferencial radica no tanto en la valoración que pueda merecer la obra resultante, como en la desaparición de la obra preexistente. El discreto Ecce Homo no deja de ser una pintura del siglo XIX, lo que le presupone un valor histórico, a lo que hay que añadir un valor subjetivo –devoción, lo llaman– para algunos habitantes de Borja.
Si la buena de Cecilia hubiera decidido por su cuenta y riesgo o con el consentimiento de otros realizar un fresco sobre otra pared de la iglesia, nadie le hubiera prestado la menor atención, ni los tuiteros ni los medios de comunicación. En realidad es un fenómeno que se repite todos los días, y en todos los ámbitos que tengan que ver con la expresión estética. Porque se ha instalado en nosotros la creencia de que en todo aquello que tenga que ver con la forma no se requieren criterios objetivos de valoración, siempre habrá alguien a quien "le guste". Y no es así.
Imaginemos por un momento que para poder hacer los chándales olímpicos hubiera sido necesario destruir los vestidos victorianos expuestos en el Museo del Traje. Que para poder hacer el logochanclas de la candidatura olímpica hubiéramos tenido que hacer desaparecer el Cobi de Mariscal... Así, tengámoslo claro: lo de Borja es noticia porque debajo había un fresco antiguo, pero la chapuza cultural está instalada entre nosotros. Sucede todos los días. Para un logo de Telepizza, un cartel de Carnaval o la identidad del Gobierno de España. Nos señalan al sol, pero seguimos mirando el dedo.
Eso sí, el Ayuntamiento (puede leerse aquí) aprovecha el tirón y convoca dos concursos y registra la marca Ecce Homo. En fin.

1.8.12

el seguro de móvil A SALVO, ni seguro ni a salvo

 Quizá tu también pienses que merece la pena pagar por estar tranquilo, que en eso consisten los seguros. En mi caso, aseguré mi teléfono con la compañía Altaïr Assurances S.A., un producto que se llama paradójicamente "A Salvo". Curiosamente, si intentas entrar en su web te redirige a una página de Telefónica en construcción. Y sí, la seguridad existe pero mientras a tu teléfono no le suceda nada.
A todos nos ha pasado alguna vez, reclamas a una compañía y te das cuenta de que al final tienen pergeñado un bucle infinito del que es imposible salir, de manera que al final, o te metes en reclamaciones a través de arbitrajes o les pones una demanda, que nunca sabes si merecerá la pena.
Queda también el derecho al pataleo, que en este siglo se ejerce, por ejemplo, utilizando tu blog. Que es lo que voy a hacer ahora mismo. No solo por quedarme a gusto, que también. Sobre todo porque puede servir a otros incautos que crean tener asegurado su teléfono, o para que lo reconsideren quienes estén pensando en hacerlo.

La historia es como sigue:
Contrato un seguro de daños y robo.
Me roban el teléfono. A todos nos puede pasar.
Lo denuncio, cumplo los trámites correspondientes y me abonan la correspondiente indemnización. Hasta aquí, todo perfecto.

Lógicamente, compro un nuevo teléfono el mismo día que me lo roban, y le hago su correspondiente seguro. Con la misma compañía. Cada año, pago religiosamente el recibo que la compañía me pasa por la renovación. Estoy tranquilo. Pago por estar tranquilo...

Pero un día el teléfono sufre un pequeño percance, se rompe el cristal de la pantalla. Sigo los trámites para que mi seguro se haga cargo de la reparación, y ahí empieza el sin sentido.

Sí, has estado pagando el seguro... ¡del teléfono que te robaron hace dos años!

No conseguirás que lo reconozcan, pero en lugar de renovar la nueva póliza, has estado pagando la antigua, la del teléfono robado (si me lees, amigo ladrón, que sepas que si le pasa algo estás cubierto).

A partir de ahí llamadas interminables a un 902, qué listos y correos electrónicos a asalvo@marsh.com. El resultado, lo puedes suponer: he estado dos años pagando un seguro, y cuando me ha hecho falta, no estaba ahí.


Sepan, señores de Altaïr Assurances, que me tienen a su disposición para puntualizar cualquier aspecto de lo aquí escrito. Incluso estoy dispuesto a rectificar esta información si no fuera cierta en algún aspecto. Pueden comunicar conmigo (ya tienen mi número): llamarme es gratis, a diferencia de cuando yo les llamo a ustedes. Y no les voy a dejar en espera para cobrar más, como hacen ustedes.

Dejo aquí resumido el histórico de los mensajes cruzados,  no tiene desperdicio. Es efectivamente, un bucle infinito perfectamente orquestado.
Buenas tardes. Nosotros tenemos dos teléfonos, y dos pólizas de seguro al corriente de pago.

Con fecha 23/11/2011 hemos pagado los dos recibos correspondientes a las primas de seguros 327001212366 y 327001212355

Necesitaríamos que nos comunicaran, según ustedes, a qué teléfonos corresponden esos dos seguros. Es posible que estén ustedes cobrando la renovación del seguro de un teléfono que fue robado en abril del 2010, circunstancia que ustedes conocían pues nos fue abonado su valor por ustedes.

Si fuera posible, nos gustaría tratar este tema por teléfono (imposible con el 902). ¿Podrían llamarnos, o indicarnos un número de teléfono y la persona con quien tratarlo?
Respuesta de A Salvo:


Estimado Cliente:

Para poder proceder realizar la gestión solicitada, debe indicarnos los siguientes datos:

- NOMBRE / RAZON SOCIAL COMPLETOS DEL TITULAR DE LA PÓLIZA
- DNI / CIF DEL TITULAR
- NUMERO DE TLF ASEGURADO.

En espera de sus noticias, reciba un cordial saludo.

En mi siguiente mensaje, les hago llegar los datos, a lo que contestan:


Buenos días,

Para cualquier aclaración estamos a su disposición de lunes a viernes de 9.00h a 18.00h en el teléfono 902.546.080, fax 91.302.55.00

Atentamente,
Marsh Risk Consulting.


Hago el intento, pero tras las correspondientes esperas y musiquitas a precio de 902, me dicen que el procedimiento es que estas cosas se resuelvan por email. Exactamente lo contrario de lo que te dicen si la reclamación es por email. Es una técnica disuasoria habitual en muchas compañías, para ver si te aburres.

Respondo yo:

¿para decirme que llame a un 902 con el que es imposible comunicar necesita que le dé los datos de nuestra empresa? Vaya... En cualquier caso, hemos conseguido por fin hablar con el 902, desde donde nos han informado que esto deberíamos tratarlo por email con ustedes.

Las conclusiones a las que hemos llegado:

- Tenemos dos teléfonos, y pagamos dos pólizas de seguros (327001212366 y 327001212355)

- A estas alturas, no estamos seguros de que ninguna de ellas corresponda al teléfono que se ha roto.

- Ello querría decir que llevamos dos años pagando el seguro de un teléfono que no es nuestro. O bien, el seguro de un teléfono que fue robado en abril de 2010, un hecho que ustedes conocen, porque se les comunicó y ustedes pagaron la correspondiente indemnización.

Entiendan que nosotros no tenemos acceso a su base de datos, sólo pagamos los recibos que ustedes nos pasan al cobro. Es por ello que les ruego encarecidamente que nos comuniquen a qué primas de  seguro y de qué telefonos corresponden los recibos que hemos pagado.

En el caso de que correspondan al teléfono robado en 2010, entendemos que el cobro ha sido erróneo y solicitamos la devolución de los importes correspondientes a los dos últimos años.

En el caso de que corresponda al teléfono que sustituyó al robado, agradeceremos que se hagan cargo de la factura del arreglo.

Un saludo,

Respuesta de ellos:


Buenos días

adjuntamos copias de las pólizas que están en vigor.

Después de un robo deben comunicar a la compañía los datos del nuevo terminal para reemplazarlo sobre la misma póliza. Deberán enviar copia de la factura de compra donde se indique marca, modelo e imei.

Un saludo
De lo que cabe deducir que lo de seguir cobrando las renovaciones del seguro de un teléfono que les consta que ha sido robado porque han pagado la correspondiente indemnización no es un error, es la práctica habitual. Si el cliente se deja y no devuelve los recibos. Si como me ha sucedido a mí, has contratado otra póliza con la misma compañía y no te pasan los recibos de renovación de la nueva, es casi imposible que te des cuenta.

Último mensaje: touché, señores de Altaïr, ustedes ganan

Imposible salir del bucle, está ideado para eso. Pensaré si merece la pena presentar la correspondiente reclamación donde corresponda, o interponer denuncia. La cantidad no merece el esfuerzo, que seguramente con eso juegan también. Pero me queda el placer de la pataleta, que queda colmado con este post. Y el último mensaje, que les envío:

Touché, ustedes ganan. Imposible quebrar su sistema de no atención al cliente. He pagado dos años de un seguro que no tenía, de un teléfono que no me pertenece. Y he aprendido. Y me queda la satisfacción de poder contarlo a quien quiera leerlo. Les dejo el enlace, disfrútenlo: son ustedes protagonistas.

P.S.: De todo se aprende. Con tanto trajín, al final te enteras de cosas, como que el 902546080, que es el teléfono de atención al cliente de Altaïr, tiene su correspondiente número a precio de llamada local. Es el 912135300. Perderás el tiempo, pero al menos no te costará dinero.

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.