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15.12.09


Como implementar una mentira hasta convertirla en mito, sin dejar de ser ministra en el intento

Las verdades a medias funcionan de lujo en política. Astutamente, hace unas semanas la ministra de cultura soltó en una sesión del Congreso que el libro electrónico supone ya el 8% de la producción editorial en nuestro país. Aunque sea mentira, parece que se ha convertido en una verdad aceptada, a juzgar por el eco que la frasecita de marras ha tenido en blogs y medios de comunicación.
Es como si yo le digo a la ministra que a pesar de la crisis el consumo de marisco entre los españoles supone un 900% más que el consumo de pollo. Porque mientras el pollo es pollo, marisco hay: cigalas, gambas, navajas, almejas, centollas, bogavantes, nécoras, langostas y langostinos.
No se trata de cuestionar que no sea verdad que en 2008 se editaron 8.447 libros electrónicos, y que no hay que dudar que sea el 8% de los cerca de 100.000 que se editan en papel. Más allá de que ha aparecido un floreciente mercado de edición digital de autor (por unos sesenta euros cualquiera puede colocar su e-libro en decenas de e-librerías, incluídas la de El Corte Inglés y la Casa del Libro) que computa como e-libro editado, pero que apenas vende sino a los familiares y amigos; más allá de que cualquiera puede coger a uno de los clásicos, y por sesenta euros, colocar en las mismas librerías una versión del Quijote, por ejemplo, ilustrada por Angelines, que tiene buena mano con los plastidecores, y a la que su padrino se lo regala porque acaba de cumplir nueve años. Es más, cualquiera –y hay un montón de gente en ello– puede e-editar, sin más coste que esos sesenta euros, cualquier libro de dominio público, y esperar a que algún incauto pague por él: aunque estará gratis y legal en muchos servidores, hay gente que cree, –ya se han encargado bien algunos de que así sea ¿verdad, ministra?–, que si te lo descargas sin pagar eres un pirata.
Pero más allá de todo esto, identificar número de títulos con producción editorial es de malintencionados o de bobos, elija usted, mi ministra, lo que prefiera para su caso.
Es cierto que durante unos años vamos a ver un incremento importante de e-títulos editados, los editores se afanarán a digitalizar todo su fondo de armario en cuanto le vean visos de negocio y sean capaces de convencer a sus autores. Cumplido ese proceso, las cifras de títulos descenderán, y sin embargo, la e-producción (ejemplares vendidos, que es lo que al fin cuenta) seguirá subiendo. Hoy puede que se estén e-editando el 8% de títulos, pero ni en cifras de facturación ni en número de ejemplares, estoy convencidísimo de ello, supone más del 0,5%. Y si no, que venga alguien con cifras y me lo rebata.

1 comentario:

Ale Muñoz dijo...

Pues para lo de las cifras a lo mejor te sirve el estudio que publicaron mis compis de The Cocktail Analysis a principios de año: http://www.tcanalysis.com/2009/04/21/informe-ebooks/

No sé si habla en profundidad del negocio del libro electrónico (está más orientado a conocer la opinión del usuario/consumidor), pero puede ser un punto de partida interesante para reflexionar sobre el tema : )

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.