Pero si algo es indignante, que debería obligar a dimitir en bloque a todos sus directivos, es la incapacidad para trasladar los procesos a la época actual. Una vez al mes, donde trabajo nos vemos obligados a mandar un centenar de envíos contrarreembolso. De nada sirve que nuestras bases de datos estén actualizadas y relucientes. Tampoco que tengamos unas espléndidas impresoras, tanto de láser como de chorro de tinta. Todos los datos de cada cliente habrán de ser "trasladados" a unos arcaicos boletines autocopiativos, bien a mano, con el riesgo de errata que ello comporta, bien mediante una arcaica máquina de escribir, que por cierto si un día se estropea no creo que quede nadie que la arregle.
Sí, en nuestra oficina sigue habiendo máquina de escribir. Es lo que tiene trabajar con Correos.
Es inoperante para nosotros y para ellos, supone un desgaste humano enorme –la semana de reembolsos, mejor no acercarse a mi compañera Ali, que muerde– y un coste altísimo. Sería impensable que cualquier otro proveedor pretendiera algo así. Pero es Correos. Seguro que la culpa la tiene "el programa".
Eso sí, ironía –o mala leche– no les falta: en el encabezado del dichoso boletín puede leerse "Reembolso electrónico". Cachondeíto encima...
2 comentarios:
Y lo mismo con cualquier administración pública. Se ve que los directivos "no gastan" de las nuevas tecnologías y dan por hecho que el resto del mundo tampoco.
Lo difícil de las llamadas "nuevas tecnologías" es que entren en las cabezas pensantes que gestionan nuestras sociedades.
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