[publicado originariamente en soitu.es, el 7 de septiembre] Madrid es una ciudad donde el diseño no importa nada a sus dirigentes. Dar una vuelta por el centro es suficiente para cerciorarse de que la identidad gráfica no es una de las prioridades de Gallardón. La variedad de usos incorrectos en los elementos de identidad, empezando por el del escudo, es una realidad. Ahora, el Comité Olímpico da un paso adelante con su informe sobre las candidatas para los juegos de 2016. Mientras Chicago y Tokio obtienen una calificación de "Alta calidad" en la valoración de las presentaciones, y Río de "Muy alta calidad", lo de "Calidad variable" es un eufemismo que el COI utiliza para propinar a la candidatura madrileña un suspenso en toda regla en lo que a diseño y comunicación se refiere.
"Nesecita mejorar", que diría Manolito Gafotas. Por mucho que el alcalde pretenda que la candidatura ha salido reforzada en el informe —'alcoyanismo' puro—, lo cierto es que en varios aspectos el varapalo es evidente. En el que nos ocupa, la valoración de las presentaciones, el Comité Olímpico ha sido incluso generoso. La historia viene de atrás, cuando se celebró el concurso para elegir el logo de la candidatura: plagios que hubo que retirar en la fase final, sospechas en el sistema de votaciones, protestas de los profesionales del diseño que asistían asombrados a un proceso donde la profesionalidad era el último valor a tener en cuenta...
Después vino el peor eslogan que pueda imaginarse: "tengo una corazonada". Más allá de lo desafortunada que es la gráfica, conceptualmente es un reconocimiento de las carencias, una excusa de mal estudiante: las corazonadas son siempre la respuesta a la ausencia de evidencias contrastables y argumentos objetivos. [seguir leyendo]
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