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24.11.09


Diset y TBWA: El límite de lo insospechado

Que alguien plagie el estilo y algo más que el estilo de otro no tiene nada de nuevo. Que ese alguien sea una agencia perteneciente a un grupo multinacional, y el cliente no sea precisamente el bar de la esquina... pues va a ser que tampoco nos vamos a sorprender por eso a estas alturas. Y que sea una práctica generalizada, en la que cliente y proveedor conniven, no quita para que no sea deleznable.
Que a Mauro Entrialgo le hayan fusilado sus dibujos una vez más, no es noticia. Como a tantos, a él le queda el derecho a la pataleta. Y en el ejercicio libre de ese derecho, publica en su blog:

"De vez en cuando veo ilustraciones comerciales que se “inspiran” demasiado en mi estilo de dibujo. La ocasión más reciente ha sucedido con esta cutreweb de la casa Diset. Se me ocurren de entrada tres posibilidades por las que una empresa pueda llegar a utilizar ilustraciones de un imitador en vez de los del dibujante original:
• La empresa-cliente cree que el original resultará más caro y encarga a un estudio de diseño o a la agencia de publicidad que imite el trazo deseado. El estudio o agencia copia mal, cobra bien y calla.
• La empresa quiere el original, el estudio o agencia copia mal y le cobra al cliente los dibujos colándoselos como si los hubiera realizado el dibujante original.
• El cliente no sabe lo que quiere. El estudio de diseño o agencia es cutre y copia y le vende la copia al cliente haciéndola pasar por un estilo propio original.
En cualquiera de estos casos la empresa-cliente que contrató a ese estudio o agencia sufre una pérdida de credibilidad pública por una mezcla de ignorancia, torpeza y caradura de los agentes implicados. Y también sufre mi reputación profesional, claro, ya que algunos posibles clientes míos pueden llegar a creer que ese subproducto es obra mía".

Hasta aquí, lo normal. Ya hemos aprendido que no merece la pena ni calentarse ni llevar estas cosas más allá. Pero lo que ya no es tan normal es que el plagiador se te chotee en la cara. Y eso es lo que a Mauro le ha sucedido. A ese post en su blog, ha recibido respuesta y ha querido compartirla con los que le seguimos. No tiene desperdicio:

"Buenos días,
Antes de nada me gustaría disculparme en nombre de toda la empresa por la situación que se ha dado.
Como empresa de juguetes, desarrollamos los productos a nivel interno y trabajamos con equipos externos de diseño e ilustración, y este es el caso que se ha dado en el juego Party&Co.

Hemos estado mirando su página web y sí que es cierto que, aunque no sea exacto, tiene similitudes con su estilo. Ya nos hemos encargado de hablar con la agencia que nos hizo estas ilustraciones para que no vuelva a suceder tal cosa.

Igualmente esperamos que entienda que nunca ha habido mala intención por nuestra parte y es por eso que nos entristece que, antes de saber los motivos de dicha situación, se haya permitido juzgar nuestra web y nuestra manera de trabajar.

Sentimos el desconocimiento de su obra y el hecho de haberle causado problemas, por nuestra parte intentaremos que no vuelva a suceder.

Marcos González
Product Manager
DISET, S.A."

Es decir: reconocen un uso fraudulento de la propiedad intelectual, que se traduce en un tirón de orejas a la agencia de publicidad ("nos hemos encargado de hablar con la agencia que nos hizo estas ilustraciones para que no vuelva a suceder tal cosa"). Ni la web van a retirarla, ni se plantean compensar al plagiado, ni presionar a la agencia para que lo haga. Saben de la impunidad que les protege. Les parece lo normal, que una agencia utilice el trabajo de otros y se lo venda como propio no les parece un engaño, una mala práctica, simplemente algo que "no debe suceder" (queda la duda, ¿no debe suceder que se plagie o que se descubra?).

La publicidad apesta. No porque sucedan estas cosas, que eso ha sido siempre, sino porque se ha conseguido que los anunciantes den por buenas estas prácticas. Hasta el punto de estar dispuestos a comprar como jabugo la mortadela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la respuesta del master del universo es flipante... el mileurismo es lo que ha traído.

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.