Este blog está discontinuado

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1.5.07


En un comentario a otro post le prometía a Flipatu argumentar por qué me parece acertado el diseño del nuevo plano del Metro de Madrid, que tanto revuelo ha suscitado. En la polémica acerca de si son muchos los 95.000 euros que se han pagado por él (a mí no me parece tanto…) y sobre la adjudicación del encargo no voy a entrar, que ya lo han hecho los periódicos de información general, que para eso estamos en pre-campaña y hay que buscar argumentos de acoso y derribo, los haya o no. Y no digo que en este caso no los haya, ni lo contrario. La polémica ha servido, otra vez, para mostrar con qué facilidad los medios de comunicación y asociaciones varias entran a valorar aspectos muy técnicos de nuestro trabajo, con escaso conocimiento y argumentos peregrinos.

Entrando en materia, debo decir que el tema de los planos de metro da muchísimo de sí. A quien quiera profundizar y disfrutar recomiendo mucho visitar el blog de Edu Moratinos donde hablaba de ello con lucidez y criterio, mucho antes de la polémica que ahora salta.

El eje central del debate técnico sería: ¿debe un plano/mapa de Metro reflejar la geografía real de la ciudad?.

El plano de Metro es susceptible de ser utilizado como plano de la ciudad, y si se corresponde con distancias y ubicaciones reales, orienta también sobre las alternativas entre estaciones para acudir a un mismo sitio, e incluso permite intuir, según la extensión, el tiempo de recorrido. Bien está, convengamos que es la mejor solución para redes de metro de tamaño pequeño y mediano. Pero, ¿qué sucede cuando las redes son grandes, y además crecen, en algunos casos como el del Madrid de las tuneladoras, de un modo desaforado?

Parece claro que uno de los mayores condicionantes de un plano de Metro es su tamaño, pues debe, con un número limitado de pliegues, supongamos uno en horizontal y tres posteriores, acabar en un formato de bolsillo. Con esta premisa llega un momento en que entra en cuestión la idoneidad de la representación geográfica real. Todos los planos de Metro de las grandes ciudades, en un momento u otro, llegan a esta disyuntiva. Valga como ejemplo el de la ciudad de Nueva York. Tiene la característica de haber retrocedido en la decisión. Si en el plano que magistralmente diseñara Massimo Vignelli en 1972 se optó por la esquematización y la renuncia al subyacente geográfico, el actual ha reculado y vuelve a ser real, y con ello caótico.

Veamos también el detalle de la zona centro en el que nos ocupa, el de Madrid. Fijémonos en la estación de Chueca, a la que le corresponde una mínima protuberancia sobre la línea verde, que compite con un enorme y casi equidistante bolillo, que en realidad es la estación de Gran Vía. Lo mismo sucede con la estación de Sevilla, con el agravante de que en este caso el inicio de la palabra, que intuitivamente identificamos como el lugar a señalar, está sensiblemente más cerca del bolillo que de la pequeña muesca roja que le corresponde. Estoy en la certeza de que más de uno ha errado en la interpretación de un código que no está establecido, y ha acabado en Gran Vía cuando quería ir a parar a alguna de las estaciones mencionadas. Es un problema de eficacia comunicacional, porque está basado en la comparación entre las opciones, cuando la realidad es que nuestro sistema de percepción es selectivo e intencionadamente elude la información periférica para concentrarse en la puntual, sin establecer esa comparativa imprescindible para interpretarlo correctamente.

Por ello, amigo Flipatu, yo estoy a favor de este nuevo plano, el único que conozco que ha renunciado a las diagonales, y ha sido fuertemente criticado por ello, eludiendo radicalmente a la realidad geográfica y no solo a medias como sucede en el de Barcelona o Londres; ¿era ya el momento de tan drástica decisión? Yo creo que sí.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo estar de acuerdo en que estos macroencargos (por su importe o por su alcance) se repartan a dedo. Si realmente se hubiese querido jugar limpio el dinero pagado a Sañudo debería de haber sido claramente inferior a la frontera del concurso. Las relaciones entre la comunidad de Madrid y Sañudo son demasiado escandalosas. Pero tampoco te hizo gracia lo del logo de Matadero. ¿Sólo porque fue una "donación"? Es decir, ¿si a los autores les hubiesen untado a base de bien la cosa habría cambiado? De todas formas levantabas sospechas porque adivinas que detrás hay una remuneración de otro tipo. ¿Es lo del plano de metro más decente por ser tan evidente de dónde surge el encargo o por el contrario es una obscenidad? Por una parte reclamamos concursos remunerados a la concurrencia para pedir respetabilidad hacia nuestra profesión, y por otra damos una imagen a la sociedad de robaperas. Sañudo nos convierte en sospechosos.
Surgirán alternativas espontáneas al plano de Sañudo, estoy seguro. Alguien dará con una solución más acertada. Sañudo no es tan brillante como para alcanzar este encargo de forma tan directa. ¿Es la maqueta de La Razón brillante o es el periódico más ramplón de los de difusión nacional? ¿Son buenas las portada de los discos de La Oreja de Van Gogh o Alejandro Sanz o son reseñables por lo mediáticos que son estos artistas? ¿Quién sabe quién es Javier Aramburu, quiénes son Chucho, Los Planetas, La Buena Vida? ¿El storyboard de Fargo es genial porque es un trabajo soberbio o por haber sido encargado por los hermanos Cohen? ¿No tendría entonces más derecho a ese encargo Alex de La Iglesia o Juan Giménez? Existen estudios con reputación, prestigio, experiencia y especialización en este tipo de encargos.
Y respecto al resultado del plano, reconozco el intento de ganar en claridad sacrificando otros criterios, pero creo que se le ha ido la mano y que existe un punto intermedio más eficaz.
Perdon por la extensión.

Tu anónimo desde la discrepancia (el de siempre)

Anónimo dijo...

Donde dije Juan Giménez quería decir Carlos Jiménez... confundo sus nombres a menudo. Perdón

Alvaro dijo...

Hola.
Respecto al resultado, no me apeo un ápice de mi verdad: me parece que este plano va a funcionar. Y respeto las opiniones en contrario. Aunque de lo que he leído, las críticas no vienen de los diseñadores.
Por otra parte, me parece bien que lo haya hecho un diseñador de los que no están en la pomada, de los de siempre. Quizá si hubiera sido un "pope" no se cuestionaría tanto. Pero tampoco es un "mindundi" aunque no le conociéramos mucho, tiene una trayectoria detrás y trabajos que le avalan, que a unos gustarán y a otros no.
Con respecto a la adjudicación, ignoro cómo se ha hecho. Que no haya concurso no quiere decir que no haya selección. Este es un trabajo técnico y no creativo, que para muchos es lo que justifica el concurso de ideas, y la asignación sin concurso entra dentro de la ley. ¿un concurso remunerado hubiera sido mejor? Sin duda para los que lo defienden, entre los que me cuento.
Fíjate... "Sañudo no es tan brillante como para alcanzar este encargo de forma directa"... de lo que deduzco que piensas que otros sí lo son. Los de siempre, supongo.
Pero no es Sañudo quien nos convierte en sospechosos como dices... al final, lo que trasciende es que por hacer un esquemita los diseñadores somos unos "robaperas" y cobramos quince quilos, pero tú y yo sabemos que no es un esquemita. Y se editarán durante años millones de ejemplares de los que dependerá un trocito de bienestar de millones de personas...
Y si quieres, me jode que un profesional que está bregando y sin hacer ruido desde hace muchos años, que ha hecho un buen trabajo, tenga que saltar a los periódicos por una tormenta interesada por periodistas y políticos en precampaña, y algunos organismos gremiales del Metro interesados en azuzar la polémica por motivos que nada tienen que ver con el dichoso plano. En ese linchamiento a mí no me van a encontrar... llámame corporativista si quieres.

Anónimo dijo...

Dices:

Fíjate... "Sañudo no es tan brillante como para alcanzar este encargo de forma directa"... de lo que deduzco que piensas que otros sí lo son. Los de siempre, supongo.

Mal deducido. Yo creo que siendo un proyecto tan público y de tanto alcance debería de haber salido a concurso y NO HABER SIDO ADJUDICADO A DEDO A NADIE. Yo no soy de ningún bando y hace mucho tiempo que se me cayeron los mitos.
Por otra parte Sañudo es plenamente consciente del sarao en que se mete. No tiene ningún mérito: tiene un precio. Y él lo ha aceptado. Con un concurso por en medio la polémica habría sido más mundana, la típica ante cualquier cambio.
Por último decirte que varios diseñadores se han pronunciado en contra del plano. Desde cartógrafos a diseñadores como el director del IED (lugar que yo aborrezco)o David Cano, responsable de diseño de Estudio Base.
Yo no estoy en contra del plano. Tengo que esperar a usarlo para ver si funciona. Será interesante poder comprobar la funcionalidad de un plano de metro sin tener que salir de Madrid. Pero creo, como dije antes, que a Sañudo se le ha ido la mano, y que existe un punto intermedio entre el plano anterior y éste mucho más eficaz.

Alvaro dijo...

¡Vaya tres ejemplos me pones!
Que los cartógrafos defiendan un mapa en lugar de un esquema es lo previsible, David Cano, supongo que te refieres a las declaraciones a El Pais en las que él y yo abogábamos por la fórmula del concurso, no ha opinado en contra del plano hasta donde yo sé. Respecto al director del IED...

En fin.

Anónimo dijo...

Según entiendo, en el artículo de El País David Cano cuestiona el valor económico del plano. No obstante, si que es cierto que tanto tu opinión como la de Cano están redactadas con cierta ambigüedad. No queda meridianamente claro quién de los dos o si ambos estáis a favor o en contra. Pero a mi me pareció que Cano quiso dar a entender que ya le gustaría que le pagaran a él la pasta que le han pagado a Sañudo. Nadie nos quejamos porque se nos pague de más, aunque a ciertos niveles yo exigiría cierto decoro.
Los cartógrafos puede que tengan más idea de movilización de masas que un diseñador de discos. Vale: he simplificado. Entonces asumamos que ambos debieron de trabajar juntos. Son profesiones que en este caso se complementan.
Si por ser quien es le quitamos crédito a la opinion del director del IED y seguimos así nos quedamos sin voces críticas. No valen la de los usuarios porque se anclan a lo que están acostumbrados, no valen las de los diseñadores de una de las pandas porque están politizados (¡Anda!, ¿pero no eran estos los que se acercaban a Gallardón para chupar del bote con lo de Matadero?), no valen las de las asociaciones de usuarios de Metro... hombre, Álvaro, en su medida todas valen... hasta la tuya. Yo no creo que seas un diseñador muy brillante que digamos y no obstante atiendo a lo que publicas. Yo soy más bien torpe con lo que hago y aquí estamos hablando. ¿no?

Anónimo dijo...

eso es lo malo, que en diseño se cree que todas las opiniones son iguales. Como cuando hay que elegir el color de la corbata... ¿no?
A mi me parece que está muy bien pagado, pero no me parece escandalosa la cantidad. Me alegro por el autor y por todos los que son capaces de cobrar su trabajo tan dignamente, aunque suena raro creo que cobrar bien es una manera más de que se respete lo que hacemos... ¿cuanto ha costado cada Botero que hay en Madrid? Pues como decías, un buen plano nos hace la vida mejor, y los Boteros nos la hacen más fea. Me quedo con el plano.

Anónimo dijo...

Sañudo, tu ni puto caso. ole tus guevos. Eres el puto amo. Bien diseñado y bien cobrado como tiene que ser. Quiero ser como tú

KRTK

Anónimo dijo...

A mi me parece un buen trabajo, bien pagado (en vez de escandalizarnos deberíamos alegrarnos) y sobre todo, me parece que es un buen momento para el cambio.

Saludos!

Anónimo dijo...

¡Hola Alvaro!
Si bien estoy completamente de acuerdo contigo en cuanto a que el nuevo plano trae puntos positivos, hay ciertos aspectos en los que discrepo. Pones en tela de juicio el que entren a opinar periodicos y ciertas asociaciones sobre aspectos del gremio del que son ajenos. Pues bien, no pondría yo en tela de jucio lo que opinan ellos (en la asociacion de anden 1 hay unos cuantos diseñadores profesionales) más que la de quien adjudicó el trabajo al estudio de Sañudo, porque, dime tú: ¿si tuvieses que encargar el diseño de una página web se la darias a alguien que es un as diseñando carteles viendo en su porfolio trabajos de ese ramo y ningun diseño web?. Hacer algo así o lo llamamos algo más que confianza o lo llamamos ser kamikaze. Asi que ese punto ya es rato sospechoso y hay que tener muy poquísima idea del sector del diseño para no discernir que un gran cartelista no es necesariamente un gran diseñador editorial.
Ahora, te agrego: al margen de politicismos, que me tienen frito, te puedo asegurar, por fuentes muy de fiar, que este "concurso" fue asignado a titulo personal y punto. En un momento determinado Sañudo hasta intentó salvaguardar su reputación diciendo que "el concurso ya lo habia ganado hace tiempo la agencia que lleva la comunicación de Metro", la cual es McCann, como dando a entender que fue McCann quien asigno el proyecto a su estudio. Nada más falso. Estas mentiras que suelta para salvaguardarse y que salpican a terceros ya están molestando a más de uno.

Aun con todo, el plano podría ser (o quizá lo es, cosa que yo no termino de ver) una perla y referente en lo que a diseño de planos se refiere. No obstante, el plano tenia fallos cuando salto a los medios de comunicación. Fallos objetivos, lejos de apreciaciones tipo "me gusta-no me gusta" de las cuales Sañudo se apresuró a decir que eran errores de un boceto porque aquello que todos vimos era un boceto y que lo tenia que correjir.A dia de hoy, ya el plano en vallas publicitarias, esos errores siguen ahí.

Y hay errores que trascienden de los límites del plano. ¿Qué le encargaron al señor Sañudo? Un nuevo plano con una solucion para poder "meter" toda la red en escasos centímetros de papel o rediseñar la identidad corporativa?. Si te fijas, la linea gráfica del antiguo plano de bolsillo de Juan de la Mata, tiene concordancia con los planos a escala real que existen en las paredes de las estaciones,con los "termómetros"(representacion esquematica de las paradas de una linea), señalética, etc,...Lo cual es muy normal.Es lo suyo:que tengan unidad los elementos gráficos con los que la empresa se dirije a sus clientes. Pues bien:¿qué pasará si se instaura el plano "RaRo"?...Deberia cambiarse todo..¿como harias concordar gráficamente un plano en el que su caracteristica más importante es la ausencia de diagonales y curvas con un plano a escala real?. Bueno, lo mismo Sañudo no considero que tal vuelta gráfica debiera traer consigo cambiar algo más...cosa muy poquito profesional.

Como tampoco pensó, que una de las cualidades que debería tener el nuevo plano es poder realizar la incorporacion de nuevas estaciones en la red sin que ello suponga tener que rediseñar el plano entero. No lo pensó, porque como buen experto diseñador, no se preocupó mucho en documentarse ni preguntar a técnicos ni responsables de Metro a cerca de cuales eran las lagunas a rellenar con el nuevo plano, y que elementos eran absolutamente necesarios.No lo hizo.Y resulta que a Metro le va a salir carísimo el plano nuevo porque, como ya se verá más adelante, no sólo hay q resolver prolongaciones, sino tambien nuevas conexiones, nuevas paradas...Y con esta propuesta eso es igual a cambiar el trazado del plano si no se quiere que acabe más enmarañado si a decir cabe,que el antiguo.
A parte de esto, el plano que nos ofrece Sañudo, prescinde de informacion necesaria, lo cual es una trampa visual que nos hace creer que es más claro...hasta que llegue el momento en el q necesitemos esa informacion y maldigamos al cielo porque uno de los más importantes cometidos de un diseñador, se haya pasado por alto de esta manera tan espectacular.Y mientras tanto nos quedaremos mirando esa bonita rosa de los vientos, preguntándonos para qué, si no para orientarnos en la busqueda del tesoro del pirata, anda ahi puesta cuando el plano-esquema o mapa resulta que prescinde de cualquier parecido con la realidad. Para qué pone Retiro y la Casa de Campo, si no es un mapa de Madrid, es un esquema de la red de Metro. Elementos sobrantes que confunden y elementos necesarios omitidos.

Amén de que nunca dejará de dolerme la vista cada vez que vea SOL metido en un bocadillo, pero eso ya es más personal.


Me he extendido tanto que parece que no tengo nada que hacer :D


¡un saludo!

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.